Un día simplemente llegaste. Estabas ahí como si nada, como una especie de regalo de la vida o quizás como un elemento, una piedra, un accidente o un algo en el camino. Simplemente, puedo decir que estabas ahí. Te miré luego de toparme contigo y simplemente creí que debía ser todo una obra del destino. Maldito destino.
¿En cuánto tiempo te irás? ¿En cuánto tiempo tus ojos dejarán de ser mi castigo, mi dulzura, mi paz y mi tormento? ¿Cuándo te abrazaré para luego dejarte? Ni idea, solo sé que nunca te busqué...
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