lunes, 8 de octubre de 2012

Nunca te busqué...

Un día simplemente llegaste. Estabas ahí como si nada, como una especie de regalo de la vida o quizás como un elemento, una piedra, un accidente o un algo en el camino. Simplemente, puedo decir que estabas ahí. Te miré luego de toparme contigo y simplemente creí que debía ser todo una obra del destino. Maldito destino. 

¿En cuánto tiempo te irás? ¿En cuánto tiempo tus ojos dejarán de ser mi castigo, mi dulzura, mi paz y mi tormento? ¿Cuándo te abrazaré para luego dejarte? Ni idea, solo sé que nunca te busqué...

domingo, 7 de octubre de 2012

Quijote....

Soy los dos puntos antes del comienzo de una frase. El antecesor de una confesión irresistible. Soy ese signo vivo de suspenso en los rostros de los absortos. Sin embargo, soy solo eso. Expectación. Una alevosa promesa incumplida, un cobarde instinto de protección. 

Soy, nada más y nada menos, la cobarde ilusión de un arrojo, el espejismo de una declaración de amor. Al fin y al cabo, soy solo el que camina a tu lado, pero que jamás se atreverá a robarte un beso. En resumen, admiro tu belleza en un sepulcral silencio, en unas pequeñas miradas que se concentran en tus ojos; soy, entonces, el Quijote que sin remedio te ha dado un nuevo nombre para amarte de verdad nada más que en mi locura.