Al son profundo de una Kalimba pienso en tu sonrisa, en tus gestos, en tus manos, en tu boca. Mientras el sonido recorre mis entrañas sé que, a pesar de todos mis intentos, aún no te haz ido. El saxofón hace estallar enérgico sus notas y en mi cabeza resuena tu voz desnuda surgida de los recovecos de mi mente. Al son de los locos tambores llego a la conclusión que menos quiero: aún no te olvido.
viernes, 8 de junio de 2012
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QUE PRECIOSO, que hermoso escribe señor suplantador, juro que me encanta su estilo, es que de verdad me alegra la vida leer sus entradas, me alegra saber que aun existen hombres que sienten y están en contacto con su yo interno
ResponderEliminarMuchas gracias por sus palabras, aunque insisto en que solo soy uno más de los que escriben. El escribir con hermosura es talento de otros, no mío. De todos modos, le agradezco su comentario.
EliminarSi quieres olvidarme pues entonces me voy, así de fácil pero debiste decírmelo antes!
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