viernes, 7 de junio de 2013

Naufragio

Pienso en las tantas veces que al día tomo tu mano cada vez que te veo y me parece inevitable creer que tus manos están hechas de seda. El toque de tu caricia calma mis llantos, me eleva del desanimo eterno. Tu mano en mi rostro, en mi torso cuando me abrazas... Tu mano en la mía revierte los hechizos de la muerte. Que falta me hace besar tu frente y sentir tus manos en las mías en esta zozobra.  

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